Camila Canabal, presentadora de Casa Club TV y creadora de Así Love Camila

La pantalla de la televisión venezolana recuerda a Camila Canabal con mucho cariño. Años más tarde, aquella jovencita que llegó con miles de sueños a Caracas, se ha convertido en toda una mujer, esposa, y madre que lleva muy en alto el nombre de su país a través del programa Vida Mamá, de Casa Club TV, y su nuevo proyecto Así Love Camila. Conoce los pensamientos, valores y consejos de la mamá de Joaquina y Guillermina.

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Mi rutina de belleza es muy sencilla pero no la puedo saltar por nada. Nunca me acuesto sin desmaquillarme y lavarme la cara ni colocarme crema en toda la cara, contorno de ojos y en el cuello. Desde que tengo 15 años lo hago. En la mañana, hago la misma rutina y nunca pongo ni un pie en la calle si no tengo protector solar.

Todos los días, hasta para ir al gimnasio, me pongo mi crema hidratante y protector solar con color que deja la piel radiante, como si realmente te hubieras maquillado. También un labial neutro. Ahora, si tengo que salir a hacer diligencias, me pongo rímel y el rubor, que es lo más imprescindible.  En Así Love Camila, tengo una capsula donde hablo de todos los productos de belleza que utilizo. Allí pueden ver mi rutina completa. Me arreglo las uñas de las manos una vez a la semana y la de los pies cada quince días. Es importantísimo tener las manos bien presentables.

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Ahora existen tantas cremas, tantos productos, que uno va dejando atrás las recetas naturales que se pasaban de generación en generación. Sin embargo, he aprendido que para la irritación en la cara es maravilloso untarse un poquito de avena con miel –queda la piel suavecita. Yo que tengo la piel sensible lo uso. En cuanto al maquillaje, casi nunca utilizo polvo facial después de la base. Me parece que los polvos compactos o sueltos de textura gruesa te marcan las líneas de expresión y se ve mal. Si tengo que usarlos, prefiero los polvos de alta definición o de arroz o solamente la base.

Tengo una rutina de ejercicios bastante variada. Hago el método de la barra, bootcamp y pesitas. Prácticamente, hago de todo un poco porque me aburre hacer siempre la misma cosa. Cuando no estoy grabando o trabajando fuera del país, hago ejercicios de lunes a lunes; he mantenido esa costumbre. Si estoy muy ocupada, apenas tengo un huequito en la agenda hago mi rutina. Para las madres, ¡es vital ejercitarse! No hay excusas del “no tengo tiempo”. Ejercitarte, aunque sea por un ratico, te ayuda a drenar el estrés del día al día y te hace sentir mejor con tu cuerpo.

La femineidad siempre hay que inculcársela a las niñas; que sean aseadas, con sus uñas y cabello limpio, que se sepan vestir dependiendo de la ocasión… eso sí, siempre como niñas. No me gusta que las chiquitas de ahora se visten ya como señoritas, con tacones y tops o shorts ajustados. Todo tiene su tiempo. Las mamás no se deben dejar llevar por la moda al momento de vestir a sus hijas –y en eso yo asesoro muy bien a Joaquina y Guillermina.

Lo que más le digo a mis hijas, aunque suene cliché, es que la belleza siempre nace desde la actitud, desde la sonrisa, desde tu forma de afrontar las cosas en la vida. En otra nota, no sentí ninguna presión en cuanto a la crianza de mis niñas al mudarme de Venezuela a los Estados Unidos. Yo trasladé mi cultura y mis valores y es la enseñanza que le imparto a ambas. Desde el idioma (en mi casa se habla sólo español) hasta las costumbres. Lo principal es mantener la idiosincrasia latina, a pesar de estar expuestas a la cultura americana.

Tengo cuatro años haciendo un programa de maternidad en Colombia que se transmite a través de Casa Club TV y he aprendido es que aunque eres madre, primero estás tú. Tú tienes que estar bien contigo, con tu salud… nunca debes olvidar que a pesar de que tengas otras prioridades, siempre debes guardar un espacio de tu día para ti. No debes descuidarte. Llega un momento donde uno se dedica 100% a los hijos y te sientes amargada, triste, enrollada con el tiempo, que no te das el chance de respirar y preocuparte por cómo te sientes.

Con los embarazos siempre cambias un poco, incluso la rutina de belleza (esto último se mantuvo igual para mí. Nunca utilicé químicos. De hecho, empecé a ponerme Botox después de los 30 años). Lo esencial es comprender que sí puedes volver a tener el cuerpo de antes, perder esos kilitos, con paciencia y constancia. No dormirse pues. No decir “ahora que soy mamá no tengo porque arreglarme”… ¡al contrario! Debes poner de tu parte para que seas un ejemplo a seguir, sobre todo si tienes niñas. Cuidarte, estar saludable, todo eso importa porque son tus hijos quienes ahora te necesitan.

Es aquí donde debes apoyarte, bien sea en tu esposo, en una tía, en tu abuela, o en una niñera, que te ayuden para que puedas ocuparte de ti (obviamente sin desatender a tus hijos, que es lo más preciado que tenemos). La maternidad trae cosas espectaculares y sublimes, sí, pero también trae complicaciones –por eso, cuando te sientes descansada, feliz contigo misma, puedes tratar mejor a tus hijos y a los que te rodean. Debemos oxigenarnos nuestra mente y espíritu para poder regalar amor a manos llenas. La idea es contar con tu “equipo” de ayuda o tal vez sacar tiempo mientras el niño esté en la escuela o con sus amiguitos… tú tienes la responsabilidad de buscar ese tiempo para mimarte. Jamás te sientas culpable.

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Fotos cortesía de Camila Canabal.

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