¡Celebra con un maquillaje para enamorar! San Valentín es una de las miles de razones que tienen las mamás para ponerse hermosas –y no, no sólo se trata de cenas románticas. En esta guía te presentamos una serie de fáciles alternativas –o mejor dicho, “los tríos de buena suerte”— que le darán ese toque de color a tu look sin perder horas frente al espejo. Coquetería al instante – ¡justo lo que una madre ocupada necesita!
Rosa: para las más delicadas o tímidas, un sutil tono rosa funcionará de maravilla. Combina una sombra mate, no tan pigmentada, con un brillo labial iridiscente –conseguirás el balance ideal en tu rostro. El esmalte claro alarga tus dedos visualmente, además de “pulir” tus manos sin tanto esfuerzo.
Fucsia: ¡hablando de ponerle un acento a tu look! El fucsia es un tono que luce en cualquier color de piel, ¡aprovéchalo! Enfócate en tus mejillas y labios, de esa manera tu piel se verá radiante sin utilizar tanto producto. ¿Tu palabra clave? Texturas. Rubor en crema, esmalte cremoso, gloss transparente… ahí está el secreto para un look juvenil.
Rojo: el tono “oficial” del 14 de Febrero, del amor, de la sensualidad. El rojo tiene el poder de transformarte por dentro y por fuera –sólo asegúrate de buscar ese rojo que se adapte a tu personalidad y estilo. De nuevo, los brillos labiales aportan más naturalidad cuando se trata de un color tan intenso. Tip: si delineas tus labios, el brillo durará por más tiempo.
Coral: el coral es de esos colores que realmente le saca partido a tu piel –el truco es usar una mínima cantidad en mejillas y labios y difuminar con tus dedos. Si el rojo no es lo tuyo, apuesta por un coral súper pigmentado que te brinde el mismo efecto.
Ciruela: ¡perfecto para las más atrevidas! El ciruela o purpura no pasa de moda y contrario a lo que se pensaba, no es un tono destinado sólo para Halloween. La verdad es que es muy versátil si lo aplicas poco a poco –aquí la idea es “construir capas” con un producto ligero en textura y color.