El parentesco de las mamás con sus hijas juega un papel fundamental en su desarrollo emocional y capacidad de enfrentar los momentos que nos ponen a prueba en la vida. Este lazo ha sido históricamente perfilado como una de las relaciones más positivas, intimas y comprensivas de nuestras vidas, así que es un hecho que cualquier mujer que ha convivido con su progenitora lleva dentro de sí las consecuencias de ese vínculo.
Desafortunadamente, la influencia de la madre también puede resultar negativa cuando siguen ciertos patrones tóxicos. Reconócelos y aprende a cultivar una relación saludable, cosechando mujeres emocionalmente fuertes y seguras de sí mismas. Te contamos los tipos de comportamiento que debes aprender a evitar.
Comportamiento invasivo
Las madres que ejercen este tipo de comportamiento, están convencidas de que su hija es exclusivamente de su propiedad, por lo que se les hace casi imposible reconocer el limite entre ambas y respetar su espacio. Este comportamiento es más común cuando la figura paterna esta ausente y la madre quiere ejercer los dos papeles. La mamá se vuelve sobreprotectora y se siente indispensable para su hija, así que le costará aceptar que ésta tenga una vida privada y sea independiente.
Comportamiento despectivo y desinteresado
Las mamás desinteresadas no prestan real atención a los problemas o sentimientos de sus hijas, no se interesan genuinamente por escuchar sus necesidades o preguntar cómo se sienten, causando que las hijas se vuelvan inseguras e incluso duden de la importancia o validez de sus propias necesidades emocionales. No se sienten merecedoras de atención y con frecuencia anhelan desesperadamente amor y validación por parte de las demás personas.
Comportamiento controlador
Las mamás controladoras se niegan a aceptar el rol de adultas de sus hijas, así que se sienten con derecho a intervenir en aspectos como la elección de su ropa, hasta su comportamiento. Suelen ejercer en papel de víctima para hacer que su hija se sienta culpable, especialmente cuando ya éstas son capaces de tomar decisiones importantes sin su participación. Estas mamás se quieren inmiscuir incluso en la elección de las parejas de sus hijas, conducta relacionada con el miedo al abandono, cosa que puede pasar cuando los hijos no aprenden a establecer un límite entre el espacio individual y familiar.
Roles Invertidos
Es común en familias numerosas cuando la mamá delega responsabilidad a su hija, quién solo por el hecho de ser mujer podría ser injustamente más sometida que los hijos hombres. Esto hará que carguen con responsabilidades que no le corresponden dejando de vivir etapas importantes de su vida. Para evitarlo en necesario tener claro el rol de cada quien.
Comportamiento agresivo
Estas mamás son muy críticas del comportamiento de sus hijas, incluso públicamente. Hacen mención de sus defectos con frecuencia haciendo que las hijas estén predispuestas y respondan con irritación o ironía a cualquier señalamiento. Esto es un ingrediente principal para una relación tóxica con tu hija que debes evitar a toda costa, recordando que tu atención y trato hacia tu hija alimentará cada aspecto de su vida.
Reporte por Eluz Vilchez.