Lejos de ser el típico galán de telenovela, el argentino David Chocarro ha demostrado que el mejor papel que ha recibido, es el de ser padre. Con esa sinceridad que lo caracteriza, el protagonista de En Otra Piel, por Telemundo, nos cuenta su vida como papá y la bendición de estar entre sus tres grandes amores: Carolina, su esposa, y Allegra y Brigitta, sus hijas.
Ser padre no necesariamente significa renunciar a tu apariencia. Me parece que es un mito esto que después que el hombre se casa y tiene hijos engorda, le sale panza… en fin. En lo personal, no puedo descuidarme por mi trabajo… ni antes ni después de tener a mis niñas. ¡Estoy medio obligado! Pero creo que la tendencia de cuidarse, sobre todo en los Latinos, es algo que no pasa de moda –sin importar que seas padre o no. Diría que mi rutina de belleza es más un estilo de vida que otra cosa. Voy al gimnasio alrededor de 45 minutos todos los días y, si no puedo ir, en mi camerino tengo armado un mini gimnasio… así quisiera, ¡no puedo escaparme! Es la única manera que me ejercite.
Aparte de eso, no hago mucho: me tengo que cortar el pelo cada cuatro o cinco días por continuidad de la novela; me pongo crema en las noches para que no se me arrugue demasiado la cara –que ya bastante arrugada la tengo. Con los masajes tengo un problema: me dan cosquillas. Las pocas veces que traté de hacerlos, no me fue muy bien… en vez de relajarme salí todo tensionado. Alguna que otra vez mi mamá, que es cosmetóloga, me hace limpieza de cutis pero de ir a un lugar específico de verdad que no. Soy muy simple con productos de belleza, yo utilizo lo primero que encuentre o que me regalen.
La paternidad me ha enseñado a seguir jugando, a seguir siendo un niño, a redescubrir, a remontarme a situaciones ya vividas en la infancia. El hecho de ser papá te hace comprender el comportamiento de nuestros padres. Te enseña lo que es la inocencia y a tratar de recuperarla, que es una cosa espectacular. Lo que más me ha estresado –y por suerte cada vez lo puedo controlar mejor— es la sensación de responsabilidad que uno decide tener con los niños. Desde que nacieron mis hijas tengo el pensamiento de no querer que algo les falte. Es una sensación que me invade cotidianamente. También admito que mis prioridades cambiaron. Lo que antes para mí era un exceso (salir, darme lujos o comprar cosas materiales), hoy por hoy no tiene el mismo significado porque debo guardar para ellas. Esto es algo muy fuerte que ha modificado mi personalidad y la manera de ver la vida.
Cuando eres famoso, esto de la paternidad es una cuestión rara. Al final del día somos iguales pero hay veces que sí notas el cambio. Por ejemplo, si voy a un centro comercial y me piden fotos y autógrafos o me saludan, mis hijas se ponen hasta más celosas que mi mujer. Pero también es muy curioso porque ellas crecen con eso y llega un momento donde se hace habitual… lo cierto es que yo no sé si hay una gran diferencia. Sólo trato de manejar ambos mundos.
¿Momentos especiales? Cualquiera donde estemos juntos, sea cual sea la circunstancia. Sin ir muy lejos, hace unos días nos fuimos a andar en un botecito a remo. Empacamos sándwiches y una sombrilla para cuidarnos un poquito del sol… allí pasamos dos horas increíbles en medio de un laguito comiendo. Lo más divertido es verlas con una sonrisa en la cara, eso es lo más impresionante y para lograrlo, el entorno es lo de menos. No importa donde estemos o qué estemos haciendo… la condición es divertirnos juntos. A mis hijas les diría, en un futuro, que hagan lo que las haga feliz. Que busquen por todos los medios a dedicarse a algo que les genere satisfacción y felicidad… que se dediquen a encontrar su verdadera vocación, porque una vez que la encuentran se hace todo más fácil. Es muy simple ponerle pasión cuando uno se levanta diariamente a hacer lo que le gusta.
Fotos cortesía de David Chocarro. Entrevista realizada el 27 de Mayo de 2014.