Karla Monroig tiene varios roles bajo un mismo sombrero –actriz, modelo, presentadora de televisión, locutora de radio y hasta reina de belleza. Sin embargo, nada la llena más que su papel más importante: ser madre de Amanda Zoé, de casi dos años. A continuación le puertorriqueña te cuenta los detalles de su vida como mamá.
Tengo mis pequeños “rituales” de belleza: en la mañana un rico baño, lavarme la cara con jabón especial, crema de ojos, humectante, protector solar y crema de cuerpo con bronceador. En la noche, lo mismo pero añado otras cremas y sueros para la cara. Una vez al mes trato de darme faciales y tratamientos corporales con luz infrarroja, radiofrecuencia, luz pulsada y tratamientos no invasivos que estimulan la regeneración de colágeno y elastina. Eso sí, jamás me acuesto con maquillaje (eso lo aprendí de mi mamá). ¿Un truquito? Un maquillista me dijo que si abres la boca cuando te pones la máscara no se te aguan los ojos. Además, usa la punta del cepillo del rímel hacia arriba para estirar bien la pestaña. ¡Quedan de revista!
Salvo en ocasiones especiales o grabaciones, no me maquillo para hacer diligencias. Si tengo algún encuentro con amigas o con mi esposo, me pongo protector solar, un poco de corrector, polvo compacto, brillo labial y ya. Hay madres que logran mantener el estilo ¡pero no es mi caso! Toda mi admiración para ellas. Lo que sí sugiero es no hacer cambios drásticos en el color de cabello durante esos primeros meses postparto, pues no hay mucho tiempo para mantenerlo. Llevar un corte y color prácticos que sean fácil de manejar y bajo mantenimiento es imprescindible.
Lucho bastante contra el sobrepeso y la mejor manera de controlarlo es tomando mucha agua en el día. A veces le añado gotitas de limón. Aprovecho para hacer ejercicios jugando con mi pequeña. Corro detrás de ella en el parque, me acuesto y la monto en mis piernas y hago abdominales. Cuando siento que las defensas están bajitas preparo un licuado con sábila, espinaca, alfalfa y jugo de mango o piña.
Déjame decirte –levantar a un hijo es tan difícil para cualquier madre, sin importar que sea famosa o no. Hay un poco de presión por estar en el ojo público pero la maternidad para mí es una responsabilidad tan grande que las expectativas de los demás pierden importancia. Como mamá y como profesional, es necesario establecer prioridades. Tendremos que sacrificar algunos momentos importantes, a veces en el trabajo por la maternidad, a veces en la vida de los pequeños por lo laboral. En mi caso estoy dispuesta a sacrificar más del lado profesional. Quiero darle calidad a mi bebé pero también cantidad de tiempo mientras sea posible. Una buena agenda ayuda a tener un balance para no descuidar ninguno de los roles.
Trato de ser una madre que valida a su hija. Soy muy cariñosa con ella, la escucho y trato de descifrar lo que me quiere decir (aún no habla muy claro pero cada día aumenta su vocabulario y amo descifrar lo que dice). Soy bastante paciente. Me gusta ayudarla a identificar sus sentimientos cuando está molesta, frustrada, triste, emocionada, etc. Quiero que se conozca bien y no reprima ningún sentimiento. Aprendí de mi madre lo importante que es el apoyo incondicional a tus hijos. No siempre estuvo de acuerdo pero me apoyó en cada decisión. Jamás olvidaré que en cada momento importante para mí allí estuvo ella. Recuerdo una vez cuando era reina de belleza de mi pueblo, mientras yo iba en una carroza, ella iba caminando al lado bajo el sol. ¡Estaba tan orgullosa!
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