Con el Día del Padre a la vuelta de la esquina, Ricky, Mau y Evaluna abrieron su corazón en una entrevista llena de sentimiento. ¿El motivo? Celebrar a su papá, el gran Ricardo Montaner, y ofrecernos una probadita de cómo es el venezolano al apagarse las cámaras y los micrófonos.
Ricky Montaner
Me siento muy amigo de mi papá; él es mi consejero, es súper receptivo y calmado a los problemas. Yo soy “recontra fanático” de Ricardo Montaner, así que contar con el apoyo de un artista de ese calibre y que admiro tanto, prácticamente a diario, es una maravilla.
Él dice que hay que estar siempre agradecido porque cada logro es un regalo. Es un tipo súper respetuoso que promueve el ser cordial con otros y evita las críticas, aunque papá “no tiene pelos en la lengua”. Cuando estoy en la casa, me levanto en las mañanas a saludarlo y siempre lo veo con su guitarra en mano enseñándome lo que escribió la noche anterior.
Para mí, cargar el apellido es una responsabilidad. Es una presión que me pongo yo mismo para poder sostener su nombre en alto y que la gente cuando escuche mi música pueda decir “eso tuvo que haber venido de un Montaner”.
Mi papá es increíble, pero déjame ver… él se encarga de su familia. No es de esos de “que nos críe una nana”. Es un padre extremadamente involucrado. Está ahí para lo que sea, en cada cumpleaños por ejemplo. Si hay algo que he aprendido de mi padre es que los cumpleaños son fechas que no se tocan. Para él, esos días se pasan en familia. ¡Aunque ya nos queda complicado! –risas— cada vez somos más. Nos encanta estar juntos y cuando pasa mucho tiempo, nos hace falta, por eso siempre hacemos dos viajes al año toda la familia (y entre mi mamá y mi papá se van de luna de miel cada par de meses).
Mau Montaner
Te lo voy a decir de esta manera, ¡es tremendo padre, tremendo amigo, tremendo mánager y tremendo guía! De él he aprendido a darle gracias a Dios, porque no se trata de que tú eres bueno, es que Dios es bueno contigo. Yo no conozco a una persona más trabajadora que él y a pesar de que lleva tantos años de carrera, papi sigue trabajando como si fuese principiante. ¡Ese tipo no para nunca! Además es muy cool ver como complementa su carrera con su rol de padre.
El hecho de que mi padre cantaba ayudó a que nosotros nos enamoráramos de la música. Somos felices siendo Montaner, estamos orgullosísimos de quién es nuestro padre y de nuestro apellido. Pero no te miento, me siento tan bien cuando dicen “el hijo de Ricardo…”. Creo que heredamos algunas de las fanáticas de mi padre –risas— y lo curioso es que las hijas de sus fanáticas ahora son nuestras seguidoras. Desde chiquitos siempre disfrutamos estar de gira con él.
Montaner es un papá extraordinario, aparte es muy gracioso. Mi mamá era la que normalmente nos regañaba cuando hacíamos algo malo. Si de repente él bajaba, ya sabíamos que la metida de pata fue terrible –risas— pero casi nunca se enoja. Es perfeccionista en lo que hace y eso nos lo ha transmitido. Compartimos el mismo amor por la música y nuestra comunicación es a través de ello.
Un día en la casa de los Montaner es una locura… ¡Y al que no le guste la música está bien, bien, bien fregao’! Estamos a cada rato echando broma, con la guitarra, cantando… Mi hermano Ricky es el que que hace sufrir a mi papá porque a cada rato pide “nada de groserías o barbaridades”. Papi se hace el serio, pero a veces le da tanta risa que no lo puede controlar. Ahora también hay niños por todos lados, entonces se trata de que Montaner está pa’ arriba y pa’ abajo con sus nietos y su música.
Es impresionante la cantidad de gente que hay aquí, porque somos una familia tan grande que cada vez que hacemos una fiesta ya con sólo nosotros la llenamos. ¡No tenemos que invitar a más nadie! Ojalá todos pudieran ver los personajes que tenemos en la familia, hay mucha variedad.
Evaluna Montaner
Es un papá chistoso, es un papá que me apoya muchísimo, me alcahuetea y a la vez me muestra que yo sigo siendo su niñita. Todo lo que debe tener un papa lo tiene el mío. Ese apoyo de su parte es significa tanto para mí. Yo valoro cada consejo que me da; siempre me dice que yo soy súper especial como soy, que no tengo que parecerme a nadie ni tratar de imitar a nadie y tampoco dejarme influenciar por lo que me dicen los demás.
No te miento, soy bendecida de tener esta vida y estoy muy feliz de ser hija de mi papá. Llevar su nombre es un orgullo, me parece súper bonito. Somos una familia muy, muy, muy unida, mis hermanos hacen chistes de cualquier cosa, son tan graciosos y cómicos… La pasamos demasiado bien, me molestan muchísimo pero de la mejor manera. Me encanta estar con ellos. Incluso, mis discos, mis canciones, resulta un idilio familiar. Tanto mami como papi y mis hermanitos, son mi modelo a seguir.