Pocos se imaginaban que esa chica dominicana de orígenes humildes se convertiría en la nueva soberana de Nuestra Belleza Latina. Francisca Lachapel ha demostrado que el talento y la sencillez lo puede todo, incluso, llegar a vencer sus propios miedos. En exclusiva, la joven nos cuenta su experiencia y confiesa quién es la «reina» de su vida.
Cada una de las chicas en la competencia tuvo sus momentos. Siempre pensábamos, “Dios mío, ¿será que yo podré aguantar esto? La gala, que es lo que ve el público, es muy linda, pero en realidad es fuerte todo lo que se trabaja, sobre todo física y mentalmente. Pasas por ciertas pruebas para crecer como ser humano y a veces quieres tirar la toalla. Es normal. Para mí, lo difícil fue mantenerme concentrada en proyectar más seguridad en mi misma. A pesar de que hacía todos mis retos, lo daba todo al 100%, me sentía mal muchas veces. Me llegaban las inseguridades… Que una reina de belleza no es el tipo de reina que soy yo físicamente. Luchar con esa inseguridad fue lo que más me costó.
La verdad es que me siento muy feliz, agradecida…Bendecida en todos los sentidos. Ahora estoy como en una burbuja, tratando de despertar. Es una emoción indescriptible ver tus sueños convertidos en realidad. ¡Nunca me esperé la corona! Fue increíble, cuando me agarré de manos con Natalia, la primera finalista, yo le estaba dando gracias a Dios por darme el primer lugar. Le decía que está bien, que yo lo aceptaba, que yo sabía que van a venir cosas nuevas… Y de repente, dicen mi nombre y pensé, «Dios mío, ¡pero los cálculos que yo hice no me dieron hasta aquí! Es como si Él tenía un plan más bonito en mi vida.
Mi mamá es mi reina, es todo para mí. Lo que yo soy como persona y lo que represento viene de ella. Mi mami es optimista, humilde, luchadora… Me crio a base de fe. No tuve un privilegio económico de niña pero al final no me hizo falta. Me dio lo más importante que puede tener un ser humano que son los valores, que al final es por lo que vas a ser recordado, ¿no? Mi mamá siempre me ha dicho que siga adelante. Ella y yo tenemos un código: como el junco que se dobla pero siempre sigue en pie. ¡Mami siempre decía eso!
Me veo como mama algún día. ¡Claro que sí! Quiero tener tres niñas. Voy a criar tres mujeres poderosas que se coman al mundo. Yo pienso y estoy segura que sería una excelente madre, trabajaría mucho con la parte interior de mis hijas, con su seguridad. Cuando tú estás segura de ti misma, cuando te preparas y tienes fe, puedes lograr lo que te propongas. Y yo sé que voy a transmitirles eso a mis hijas. Sé que van a ser unas mujeres de bien y sí, me emociona mucho la idea de ser mamá.
Lo que más me asusta en este momento, y no creo que me pase, es el hecho de que se me suban los humos. Siempre le pido a Dios que me mantenga con los pies en la tierra, a seguir como soy y no cambiar nunca. Es lo que más voy a cuidar. También espero crecer en todos los ámbitos. Quiero hacer comedia pues Dios me dio ese don pero mi idea es desenvolverme en diferentes áreas de la actuación, la animación… Ya veremos. Vienen muchas cosas grandes y bonitas y yo simplemente estoy ansiosa por ver qué va a pasar y disfrutar cada segundo de ello.