El cubano ganador del Grammy e ídolo de Latinoamérica tiene un rol mucho más importante que ser un icono de la música bilingüe. En exclusiva, Jon Secada nos cuenta cómo es su vida de papá y lo que ha aprendido de sus hijos, además de las personas que más lo han influenciado desde pequeño: su familia.
Escribir mi libro fue como explorar otra parte de mi vida, mis reflejos. Crecí con “Un día nuevo” pues tuve que pensar en las diferentes etapas que he vivido, mi historia, la conexión con mis padres… Toda esa herencia de mí que les cuento a mis hijos. Hay anécdotas que sin duda son el inicio de lo que soy hoy como hombre, como esposo, como padre, como hijo… Como ser humano.
No tengo rituales de belleza, pero mi manera de vivir empieza todos los días con ejercicios en las mañanas. Tengo mi rutina completa, ya de años, que sigo entre entrenamientos de pesas y cardiovascular. Eso se ha convertido a una gran parte de lo que soy como persona. Tampoco puede faltarme la buena alimentación. Yo encuentro que, para mí, estar físicamente en forma es muy importante. Llevo casi siete años con un régimen bastante disciplinado, que me gusta, y siento que es una conexión conmigo mismo para crecer espiritualmente. ¡Todo está conectado!
Mis padres me influyeron grandísimamente. Yo fui criado como hijo único. Salimos de Cuba en busca de una vida mejor, tratando de independizar nuestros sueños como inmigrantes y ese ejemplo de verlos luchando y salir de la nada, y que al final sus esfuerzos fueron para mi futuro, fue algo que se quedó conmigo desde mi niñez. Te diría que es la lección más grande que ha transcendido en mí durante tantos años y que todavía recuerdo.
La paternidad me ha enseñado la disciplina, la comunicación y esa conexión con lo que uno tiene por dentro para ser la mejor persona posible. Con nuestros hijos, la comunicación es clave para el día a día. Lo más difícil de ser padre es la paciencia. Ser paciente es un elemento clave dentro del amor. Es la fortaleza para escuchar, para estar al tanto de la necesidad de tus niños, de tu familia, de la gente que te quiere alrededor. Escuchar y tener paciencia te ayudan en los momentos difíciles.
Como famoso, ser papá es un poquito complicado. Creo que para alguien que viaja mucho, figura pública o no, para alguien que tiene una vida muy ocupada, es desafiante. Allí es cuando tu nivel de comunicación tiene que ser más alto, tienes que ser más sensible y de nuevo, entender a tus hijos. Si no puedes estar 24 horas al día al pendiente de tu familia, es necesario que te conectes mucho más. De esa manera nadie siente las distancias.
Le quiero dejar a mis hijos mi ejemplo. Espero que ellos vean en mí todos los días lo que yo vi de mi padre cuando era niño. Esa disciplina, ese sacrificio, el trabajo que he pasado. Quiero que crean en la familia, en la gente que los rodea y los aman y en las cosas que te llenan espiritualmente y que no tiene nada que ver con lo que pueden ganar, sino hasta donde pueden llegar.