La venezolana, Mary Dávila Delgado, ya no es “la hija de”. Con una dosis de talento, constancia y carisma, la joven actriz y cantante ha calado en las pantallas de la novela En Otra Piel, por Telemundo, y ahora como protagonista de Voltea Pa’ Que Te Enamores, de Univisión, dejando muy alto no sólo el nombre de su país sino también el de sus padres: Chiquinquirá Delgado y Guillermo Dávila. Conoce la inspiración que le transmiten sus papás y cómo ha aprendido a vivir en medio de la fama sin perder la cabeza.
Mi mamá me ha enseñado a ser humilde. Gracias a sus acciones, a través de su ejemplo de tratar a todos por igual y con respeto –sin importar quien sea—, he aprendido que la humildad es uno de los más valores más importantes que un ser humano debe tener. Si tuviera que describirla, te diría que es una “Súper Mamá”. Somos muy cercanas; nos gustan cosas similares, nos entendemos bastante… le cuento todo y por supuesto, le pido consejos tanto para mi vida privada como en mi carrera. Creo que el estar en el mismo medio hace que nuestra relación sea aún más estrecha. ¡Somos muy parecidas! El hecho que sea mi confidente, mi amiga, no le quita el título de mamá. Cuando ve que hago algo malo, cometo un error o no le convence, me lo dice. Al final del día es mi mamá.
Mis papás significan tanto para mí. Ellos son más que una inspiración… ¡eso se queda corto! Lo que he visto desde chiquitica, con su trabajo y su ejemplo, me ha llevado a luchar por lo que quiero y a ser como soy. Imagino que si me hubiera criado en otro ambiente, mis decisiones serían otras, pero la verdad es que el medio artístico siempre ha sido parte esencial en mi crecimiento… y bueno, allí estoy ¡siguiendo sus pasos!
De mi mamá, he sacado lo perfeccionista. De mi papá tengo lo bohemio, lo artístico, la creatividad… ¡soy una mezcla de los dos! Ellos son personas con los pies en la tierra. La fama no los ha cambiado; desde que tengo uso de razón es la enseñanza que he visto. Ambos me han inculcado a crear un ambiente ameno (en lo laboral y en general) y a ser amable con cada persona que me rodea.
Soy bien unida a mi abuela materna. Creo que lo más bonito que nos pudo haber pasado a las tres juntas es el nacimiento de mi hermanita. Nunca olvidaré ese día… estábamos afuera de la sala donde mi mamá dio a luz y vi a Carlota cuando la sacaron, súper chiquitica. Tengo una foto de ese momento –la primera que me tomé con mi hermana— es como un tesoro. Y la siguiente foto fue con mi abuela, mi hermanita y yo. Pienso que ese fue un día muy importante y nos cambió la vida a todas.
A pesar de vivir con mi mamá y recibir visitas de mi abuelita frecuentemente, me hace falta mi familia, mi papá que aún vive en Venezuela, mi hermano, mis primas, mi país… además de eso, extraño mucho la calidad de la gente venezolana. En Miami me he sentido como en “casa” por venezolanos que viven acá, a diferencia de Nueva York. Simplemente vivir en la ciudad que te vio nacer hace falta.