Todas tenemos una historia que contar, y la Dra. Samar Yorde, creadora del movimiento Soy Saludable, no es la excepción. Con motivo del Día de las Madres, Mamá Beauté se honra en presentar su maravillosa historia, donde una vez más queda demostrado que los límites sólo existen en la mente.
Soy una mujer feliz, con una sola pasión: compartir lo que aprendo en la vida. Y estos últimos años me han enseñado la importancia de tener una Vida Saludable. Sí, esa vida plena que todos queremos y merecemos; llena de salud, energía, autoestima, productividad, alegría, felicidad, serenidad y paz interior. Una vida útil y prolongada, llena de sueños, metas cumplidas y satisfacciones. Todos queremos y merecemos eso, sin distinción de edad, género, raza, credo, religión, ideología política, condición económica o social.
¿Mi historia? Vengo de una familia con una genética nada favorecedora; tengo familiares obesos tanto de mi lado materno como paterno. Fui obesa por mucho tiempo, sin autoestima ni seguridad, escondida del mundo en una capa de grasa para que nadie volteara a mirarme. A pesar de mi deseo de adelgazar, siempre terminaba rindiéndome y retomando mis malos hábitos. Esa fue mi vida durante muchos años. Hacía arriba y hacia abajo. Nunca se sabía cómo me podían encontrar; en talla 4 o en talla 14. Era una sorpresa constante. Para los que juzgan a simple vista, conozco «el infierno desde dentro», y toda mi vida he luchado contra la obesidad, la genética, el metabolismo, la ansiedad extrema, la inseguridad, los cambios de la vida, la soledad, los problemas y la cultura mediterránea de la comida en abundancia como premio y consuelo.
A veces en la vida, las “cosas no tan buenas” son para nuestro bien. El haberme paseado por el sobrepeso me dio una nueva visión del problema mucho más amplia. Me sé de memoria todos los trucos, todas las excusas de mis pacientes, todo el saboteo de sus cerebros, la angustia y la culpa de sus corazones, porque todo eso lo he vivido a diario y, literalmente, en carne propia. Es una lucha constante entre las emociones y la razón, el querer comer un chocolate para llenar un vacío emocional, que podría llenarse mucho mejor saliendo a correr, por ejemplo…
Luego de tanto andar, con la experiencia acumulada, los estudios de postgrado y la asesoría de algunos expertos que marcaron mi vida, descubrí que las bases del peso saludable y la vida sana están en la mente. Lo más importante no es el método o la modalidad; las claves para alcanzar y mantener un peso corporal sano son simples: aprender a comer, manteniendo siempre hábitos alimentarios saludables, hacer actividad física con regularidad y controlar la ansiedad y el estrés. Parece una tontería, o un lugar común, pero lo cierto es que en la sencillez de esta lección radica el secreto de la salud y la fuerza. No existe otra. No hay magia ni misterio.
Los años 2007 y 2008 fueron años particulares en mi vida porque de la noche a la mañana todo me cambió. Con grandes sacrificios y dietas extremas, había llegado a controlar mi peso y estaba en un buen momento de trabajo. Sin embargo, una serie de acontecimientos comenzaron a empañar mi “felicidad”: la muerte de un familiar querido, me separo de mi esposo, mi hijo mayor decide irse del país, me roban documentos importantes… pero, lo que nunca olvidaré fue la tarde del Sábado, 13 de octubre –mi apartamento se incendia y pierdo todo, en cuestión de minutos. Por si fuera poco, me despiden de mi trabajo de ocho años en la administración pública y mi empresa se fue a la quiebra. ¿Resultado? Depresión, ansiedad, ataques de pánico, miedo, inseguridad y 28 kilos de más en casi dos años.
Busqué ayuda y nadie me abrió la puerta. En mi desesperación regalaba mi trabajo; dediqué horas incansables a un empleo que pensé que era mío… al final, sólo recibí un simple “gracias”. Mi cabeza estaba llena de culpa y resentimiento. Mis hijos se alejaron de mí también, quizás para huir y no verme en la situación que estaba. Toqué fondo. Hasta abajo. Mi vida dejó de tener sentido. Tenía dos opciones: seguir revolcada en el dolor, la impotencia y el miedo, ¡o diseñar un plan para salir del pantano! Debía comenzar por resolver mi estabilidad económica— para ese entonces contaba con un apartamento y un carro, pero comencé, ciegamente, a contar mis bendiciones. Me di cuenta que un cuerpo sano y una mente serena deben ser prioridad en nuestra vida. Nosotros debemos estar bien primero, sentirnos bien, para que nuestro entorno funcione.
Un día, apareció una luz en mi cabeza, y recordé a una amiga que me habló de un Curso Superior Avanzado en Medicina de Obesidad que impulsaba la Sociedad Científica Venezolana de Obesología, donde debía viajar una vez al mes a Caracas (Venezuela) a recibir clases, y el resto era a distancia. Estaba decidida a mejorar mi futuro. Como me encanta comunicar lo que aprendo, entré a las redes sociales para compartir la información que obtenía en mi curso –todo surgió poco a poco, en el mismo momento. Pesaba casi 90 kilos, pero tenía dos sueños: Salir de la obesidad, la depresión, el miedo, la inseguridad, los ataques de pánico y ayudar e inspirar a otros para que lo lograran conmigo.
Entonces, visualizaba la vida que quería y me construí un «personaje» que era mi ideal: la Dra. @SoySaludable. Una mujer activa, segura, feliz, inspirada en promover una vida saludable en Venezuela y Latinoamérica. Esa “doctora» me enseñó a cuidar mi alimentación sin dejar de disfrutar el placer de comer, me hizo enamorarme de los ejercicios, cultivar mi amor propio y lograr una fuerza interior INMENSA. Y hoy, me siento FELIZ y realizada por ver mis sueños cumpliéndose cada día con más fuerza.
Muchos me dijeron que era una locura, porque debía perder peso antes de ATREVERME a hablar de salud y nutrición. Algunos se preocuparon por mí: me decían, «pobrecita, la gente se va a burlar de ti porque no eres delgada”, otros tantos llegaron a decirme: “aquella persona no quiere atenderse contigo porque si tú no tienes el peso perfecto, ¿cómo puedes ayudar a los demás?”. A esos, les agradecí su preocupación pero no los escuché. ¡Pero hubo muchísimas personas que me apoyaron! Ustedes, por ejemplo, comenzaron a seguir mis consejos y a lograr cambios, mis pacientes comenzaron a perder peso… Y eso fue la mayor inspiración para mí. Ustedes me ayudaron a acercarme a mis sueños. Soy Saludable cambió mi vida.
Cuando alguien me pregunta cómo me defino, simplemente digo: Soy una guerrera. Dios me ha dado una fuerza interior inmensa para vencer cada obstáculo o prueba de vida y seguir hacia adelante con mis sueños intactos. No es que yo sea privilegiada –todos contamos con esa misma fuerza aunque muchos no se han dado cuenta que la tienen. Cuando descubrí mi fuerza interior, logré vencer la obesidad, derrota, la apatía, la soledad, la depresión, los ataques de pánico, un diagnóstico y cirugía de colon por un tumor, un incendio, un divorcio, la pérdida de mi trabajo y de mi empresa, el comenzar de cero otra vez, la burla de gente cruel y el rechazo de los que no creyeron en mí. Ya tengo muchas medallas coleccionadas de cada victoria en mi vida. Nada me ha tocado fácil, ¡pero eso que importa!
Mi proceso de perder kilos ha sido lento pero seguro. Así lo preferí. Me resistí a volver a hacer dietas estrictas y comencé poco a poco a cambiar mis hábitos. Existen alimentos que dejé para siempre, como las carnes rojas, las frituras, la mantequilla y margarina… y no, no los extraño. Involucro el ejercicio en mi día a día. Muchas veces viajo por razones de trabajo pero procuro cuidarme y realizar actividad física. Claro, no me obsesiono, ¡me encanta disfrutar de la comida! Todavía no alcanzo el peso ideal, pero sigo en el camino, sin que nada ni nadie vuelva a desviarme y alejarme de la meta: Lograr y mantener un PESO SALUDABLE.