Si existe una guerrera de la vida, es Carolina Sandoval, quien asumió el reto de criar sola a su primera hija Bárbara en los Estados Unidos. La recompensa de la presentadora de Suelta la Sopa finalmente llegó, encontrando el amor 25 años después, ¡y con un “pedacito de luz” incluido!
Más que llevar una rutina, es un estilo de vida. Tomo mucha agua, nunca estoy sin hacer algo, soy una mujer bastante activa. Me hago limpiezas en el rostro periódicamente y sonreír es mi mejor y más preciado secreto de belleza… ¡Una mujer que sonríe siempre se ve linda! Y ya hablando de productos, no puedo vivir sin la miel con azúcar para exfoliar la cara y la crema Ponds, ¡de esas que usaban las abuelitas!
De mi hija he aprendido que no existe nada tan grande como para no sonreír y que jamás debemos olvidar el niño que llevamos dentro. Ser madre soltera y mudarme a otro país a criarla ha sido algo que me hizo crecer como ser humano. Esas situaciones te dan la fortaleza espiritual para saber que los hijos no piden venir y que un estado civil no te hace mejor ni peor.
Todas queremos superarnos a nosotras mismas y nos asusta, precisamente, no realizar las metas que nos trazamos. Otra cosa que da miedo es ir creciendo de la mano de nuestros niños, evolucionando tan rápido como lo exige esta época.
Por eso trato de aconsejar a Bárbara Camila que viva cada momento, que todo llega y que Dios sabe por qué nos pone en el camino a cada persona que conocemos. Es importante prepararse y tener una formación académica al igual que una formación espiritual. También que haga ejercicio, no sólo para el cuerpo sino para el alma.
Ante todo, primero va Carolina, la madre, y de la mano de mi rol de mamá, sigue mi carrera que tanto amo. Soy de las que piensa que la familia va siempre delante porque ese es el motor de todo lo demás. La clave para ser exitosa en ambas es amar lo que haces y no aceptar un «no” que detenga tus sueños ni metas. En el camino, uno se encontrará gente nociva… Lo importante es identificar y seguir adelante junto a Dios con disciplina y perseverancia.
Mi mamá me ha enseñado que ser madre es estar abierta a crecer con los hijos y que para que tus hijos estén bien, se debe estar bien. Hay muchas mujeres que se descuidan por ser madres y es un error. Mi madre, antes de arreglarnos, siempre se arreglaba porque todas debíamos vernos bien y a mí me gusta esa filosofía… «Si yo estoy bien, mi hija lo estará».
En el futuro, me veo feliz con mi familia y siempre dispuesta a seguir creciendo en todo sentido. ¡Y ahora con el nuevo integrante de la familia! Cuando me hice la prueba de embarazo y salió positivo, era algo que no me esperaba. Mi esposo y yo prácticamente estamos recién casados y durante los últimos seis meses teníamos la idea de tener un hijo, pero justo en el momento donde no estábamos ansiosos, pasó.
Este bebé significa todo; es tan deseado y esperado… Es como la realización de nuestro amor. Mi esposo y yo teníamos 25 años sin vernos y nos reencontramos para unirnos y darle un hermanito mi hija y a los hijos de Nick. ¡Es la felicidad completa!