Baby Led Weaning: El comienzo de nuestra deliciosa aventura

Desde antes del nacimiento de mi Pau sabía que quería aplicar el Baby Led Weaning. Había leído mucho sobre los beneficios de esta técnica en el desarrollo motor de los bebés; me devoré cuanto artículo me tropecé sobre ello,  pero no puedo negar que tenía mis temores. ¿El más grande? Que se pudiera atragantar con los trozos de comida, por suave que fueran. Para mi tranquilidad y, por supuesto, la seguridad de mi chiquita decidí hacer un curso online con una persona certificada para introducir el BLW. Mi aliada fue @soymamanicole. Me nutrí bastante de su experiencia y así mi niña y yo ya estábamos listas para comenzar una aventura deliciosa.

Mi bebé es la primera nieta en ambas familias; por lo que teníamos muchos ojos encima. Al seguir adelante con el BLW nos miraron como extraterrestres pues comenzábamos a romper esquemas de crianza tradicionales. Ahora que lo veo en perspectiva, entiendo las reacciones. Era algo nuevo y totalmente desconocido para ellos, pero en ese momento sólo le agregaron tensión al tema.

Como siempre he dicho, el instinto es nuestra mejor guía como mamás y el mío me decía que íbamos por buen camino. Amo cocinar; siento que es una expresión de amor. Para mí era mágico demostrarle a mi bebé cuánto la amaba haciendo lo que tanto me gusta. Pau fue probando poco a poco frutas y verduras por separado para descartar cualquier alergia alimenticia.

Considero importante (tanto para aplicar el Baby Led Weaning y para toda decisión que tomes en torno a tu bebé) que estudies y consideres tus opciones; ese será tu mejor escudo. Una mamá informada es una mamá empoderada. Durante los primeros meses, el contacto entre Pau y la comida fue netamente sensorial: jugar, tocar, amasar, babear y apenas probar algunos bocados. La presión seguía en la familia porque mi niña casi no comía. Por supuesto que no me quitó el sueño porque sabía que hasta los 12 meses su principal alimento seguía siendo la leche materna (y no es mi lema, lo avala la Organización Mundial de la Salud) así que con gran comodidad ese período fue para crear una estrecha relación entre ella y la comida.

Hoy por hoy, Pau tiene 19 meses y confirmo que la técnica del BLW fue la mejor decisión que pudimos tomar como familia. Mi hija disfruta la mayoría de los alimentos que se le ofrecen y yo disfruto cocinando para ella. Al final es un proceso para explorar. Hay días donde amanece con un apetito enorme; mientras que en otros come poco pero todo es parte del proceso. Los niños no son un robot, así como los adultos, ellos tienen momentos que les provoca comer un poco más o un poco menos. De esta experiencia entendí que los bebés son súper sabios y si aprendemos a confiar y escucharlos, podemos ir respetando cada una de sus etapas.

Quiero compartir contigo algunas recetas deliciosas y muy amigables con los bebés que me han funcionado con Pau. ¡Atrévete a probarlas con tus chiquitos y me cuentas! (recuerda siempre ofrecer los ingredientes por separado al comienzo para descartar reacciones).

Salsa Pomodoro

Ingredientes:

1 tomate grande

1/2 cebolla

1 cucharadita de mantequilla sin sal

1 ajo

1 hoja de laurel

Albahaca al gusto

Aceite de oliva

Preparación:

1.- Licúa el tomate y el ajo.

2.- Pica la cebolla en cuadritos pequeños la cebolla. A continuación, la vamos a caramelizar en el sartén con la mantequilla a fuego medio hasta que dore un poco.

3.- Agrega la mezcla de tomate y ajo en el sartén junto con la hoja de laurel. Tapa y deja cocinar unos minutos.

4.- La salsa irá reduciendo hasta tomar un color de un rojo más intenso. En ese momento agrega la albahaca previamente cortada.

5.- Yo prefiero la salsa pastosa pero si la deseas más suelta, puedes agregar agua a tu gusto.

Croquetas de pollo

Ingredientes:

1 pechuga de pollo

Ajo

Orégano

1 taza de pan rallado

1 papa pequeña cocida

1 huevo

1 taza harina de avena

Aceite de oliva

 Preparación:

1.- Sazona el pollo con ajo y orégano; luego colócalo en la plancha hasta que esté cocido. Agrega el pollo en un procesador o licuadora hasta que quede bien desmenuzado.

2.- Haz con la papa un puré y agrégaselo al pollo.

3.- Vierte la mezcla en moldes de cupcake y lleva al congelador toda la noche.

4.- Desmolda las croquetas congeladas, pásalas por harina, después por huevo y por último por el pan rallado.

5.- Engrasa con aceite de oliva una bandeja y cocínalas hasta dorarlas.

Imagen principal: Pixabay; fotos de Pau, cortesía de Dani.

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