Los logros internacionales que ha tenido la actriz venezolana Gaby Espino no han sido impedimento para seguir siendo una mujer con los pies bien puestos sobre la tierra. Con la misma sonrisa y dulzura que la caracteriza, Gaby nos cuenta como es su vida ahora que es madre, los cambios que ha enfrentado y sus eternos amores: Oriana y Nickolas.
¿Mi vida como mamá? Imagínate. Creo que todas las madres sentimos lo mismo cuando hablamos del tema. El amor más grande que puede existir es el amor de mamá… es el amor de un ser humano hacia un hijo. Yo soy la mujer más feliz con esos dos bebés hermosos que tengo y me estoy gozando mis hijos cada segundo.
Ahora, el proceso de volver a tener el cuerpo de antes de embarazo toma tiempo y disciplina. No voy a negar que a veces las mujeres no desesperamos –el cambio físico siempre sorprende. Como me repito a mí misma, es un proceso lento, que va poco a poco, pero al final lo logramos. ¡Todo “retrocede” y vuelve a la normalidad!
Después de tener mi último bebé fui mucho al gimnasio; trato de tomar bastante agua, comer lo más sano posible, sin químicos o procesados, y eso se lo inculco a mis hijos desde pequeñitos. Debemos enseñarles a los niños a probar de todo, que se acostumbren a comer frutas en la mañana, vegetales… ¡Ya Nickolas come brócoli por montones! Para él es como un arbolito, así lo llama. Con Oriana no lo he logrado. Ella ha tenido sus etapas. Le gustaban los vegetales cuando era más bebé y ahora a los cinco años está más renuente, pero sí come muchas frutas.
En mi cartera tengo lo básico –polvo, brillo, rímel y rubor. Me cuido con cremitas, exfoliantes y tratamientos faciales pero en esa parte soy muy sencilla. Creo que el mejor consejo que le puedo dar a cualquier mujer –no sólo a mi hija— es que tienes que sentirte segura. La mujer debe exudar confianza por donde pase. Sentirte divina, sentirte bella, sentirte cómoda y feliz en tu propia piel, en tu propio cuerpo, te ayudará a irradiar una belleza impresionante. La seguridad te da una luz y un temple que la gente dice “¡wow, que linda!”… eso es lo más importante.
Hoy en día la mujer sale a trabajar por su familia. La mujer moderna trabaja y el día de mañana mis hijos van a saber que mami no estaba en la casa en ese tiempo porque querer darles un futuro mejor. Es mi realidad y la que mis niños conocen. La familia es un equipo y mientras nos organicemos, deleguemos las responsabilidades y nos ayudemos entre todos, las cosas sí pueden funcionar. ¡No te limites! Es posible ser mamá, ser esposa, ser profesional, ¡actriz!… el secreto está en organizarse. Aunque claro, hay días de días. Debes aprender a distinguir cuando relajarte, cuando estar cómoda y sin presiones. Pero, ¿perder el estilo? ¡Jamás! Unos jeans, unos zapatos deportivos de moda, una coleta y mis lentes me permiten sobrevivir la maternidad sin lucir desarreglada. Recuerda, la vida es un balance.