Dejando la moda a un lado, siempre existirán opciones que nos hagan lucir arregladas, bonitas, con poco esfuerzo. Tal es el caso de estos esmaltes clásicos: son colores que ya conoces, que tal vez puedas olvidarte de ellos por un tiempo pero que nunca te decepcionaran. Sea cual sea tu estilo, estos versátiles tonos te sacaran de apuros y le darán un toque chic y atemporal a tu manicure.
Rojos y corales: los eternos favoritos. Estos colores te brindan femineidad, además de convertirse en un accesorio llamativo y glamoroso.
Neutros: gris, marrón, azul oscuro, verde bosque… aunque no lo creas, los llamados “neutros” pasaron de aburridos a elegantes, permitiéndote jugar un poco más con tu look.
Ciruela y vino: sexy, con clase, perfectos para una noche con estilo. ¡Revivirán tu lado más sensual!
Claros: las más tímidas u ocupadas pueden sacarle partido de este tipo de tonos ya que van con cualquier vestuario, te hacen lucir arreglada al instante y alargan tus dedos visualmente.
Luminosos: ¿pensaste que las lacas de uñas doradas o plateadas son sólo para fiestas? ¡No! De hecho son unos de los más fáciles de combinar. Prefiere los esmaltes en oro, cobre, bronce y plata que luzcan delicados –mientras más pequeñita sea la iridiscencia (no escarcha), mejor.
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