Para nadie es un secreto que cuando sonreímos, le hacemos un favor a nuestro entorno e incluso a nuestra salud. Indudablemente la sonrisa es protagonista cuando de causar una buena impresión se trata, pues puede abrirte las puertas a un sinfín de oportunidades pero, ¿cómo logramos que se vea más blanca y saludable?
Hoy en día existe una variedad de alternativas médicas para blanqueamientos dentales, sin embargo, todos sabemos que, además de sus altos costos, generalmente traen consigo efectos secundarios que pueden terminar arruinando el esmalte. ¿La solución? Quédate con los remedios caseros: son naturales, efectivos, económicos y rápidos, ¡justo lo que toda mamá necesita! El bicarbonato de sodio es quizás el truco más utilizado ¡y realmente funciona! Te proponemos tres opciones para que combatas las manchas en un dos por tres.
- Mezcla una cucharadita de bicarbonato con unas gotas de agua oxigenada y un poco de pasta dental. Cepilla tus dientes como siempre lo haces.
- El jugo de limón tiene propiedades blanqueadoras naturales. Combina una cucharadita de bicarbonato con el concentrado de medio limón pequeño hasta que se convierta en una pasta, aplícalo directamente en los dientes con una servilleta, déjalo actuar por dos minutos y enjuaga.
- ¿Sabías que las fresas son un limpiador dental natural e ideales para quitar las manchas producidas por el vino, soda y café? Para obtener resultados inmediatos, mezcla una fresa madura con media cucharada de bicarbonato y unas gotas de agua oxigenada. Cepilla como de costumbre.
Cualquiera de los tres puede ser incorporarlos a tu rutina de belleza mañanera y no te tomará más de cinco minutos. Recuerda que, si estás buscando no sólo aclarar tu dentadura, sino mantenerla lo más saludable posible, el uso muy recurrente del bicarbonato también causaría daños irreparables a tu esmalte, produciendo sensibilidad. Lo recomendamos de tres a cinco veces por semana y, al terminar, espera unos tres meses para hacerlo nuevamente.
Reporte por Eluz Vilchez.