La disciplina en la crianza de los hijos ha evolucionado prácticamente de un extremo al otro. Anteriormente, la manera más común de enseñar se relacionaban con el maltrato físico o verbal- estrategias que se creyeron efectivas, pues los niños, temerosos, obedecían a cabalidad las órdenes de sus padres. Sin embargo, con el tiempo, se descubrió el impacto que esto podía tener en su personalidad y formación como adulto seguro de sí mismo.
Hoy en día, la maternidad se ejerce desde una posición muy diferente, tomando más en cuenta la opinión de los hijos y concediéndole mayor poder sobre sus decisiones. Es un arma de doble filo ya que se traduce en la negociación de las normas, y termina por restarle el valor y respeto que merecemos Aunque como mamás parezca difícil lograr un balance sano, te contamos que sí es posible.
Imponer normas y límites con equilibrio
Es necesario empezar desde el primer año a enseñarles a identificar el no. Las discusiones serán inevitables así que debemos estar preparadas. Los niños tienden a reaccionar con rabietas cuando no se les concede su deseo; es ahí cuando te toca armarte de paciencia y no darles la atención que ellos esperan de ti.
Ten en cuenta que debes ser clara, firme y coherente con tus acciones; esto se tiene que reflejar al momento de reprenderlos o castigarlos. Es fundamental que cumplas tu palabra, de lo contrario se podría convertir en tu punto débil. Por otra parte, no lo etiquetes en base a algún mal comportamiento o reacción que tuvo en determinado momento; cada niño aprende y madura a su propio ritmo.
Fomentar una buena autoestima
Los niños con una buena autoestima están mejor preparados para enfrentar momentos de presión, para crear vínculos sanos con personas de su entorno, y se sentirán motivados a superarse y enfrentar efectivamente los retos. ¿Cómo lo logras?
- Evita criticarlo públicamente.
- No te enfoques en el error ya cometido; más bien en dar alternativas para mejorar su comportamiento y háblale de las ventajas que eso le traería.
- Evita las comparaciones con otros niños. Son odiosas y restan reconocimiento a su autenticidad.
- Ofrécele a tu pequeño la confianza necesaria para que se esté cómodo siendo él mismo con los demás y contigo.
- Compartan tiempo de calidad y haz que se sienta tomado en cuenta.
- No lo olvides- para poder enseñarle a quererse, tienes que cultivar tu amor propio, después de todo ¡los hijos son tu reflejo, mamá!
Reporte por Eluz Vilchez.