Hace dos años, Adamari López fue pieza clave en el lanzamiento de Mamá Beauté. En esa época, la boricua expresaba su gran deseo de ser madre… Y ahora puede decirse que ese sueño se cumplió. Con la misma dulzura que la caracteriza, Adamari, presentadora de Un Nuevo Día, nos cuenta cómo ha cambiado su vida para bien, sus miedos, sus recuerdos y la historia de amor tan linda que mantiene con Toni Costa, papá de su nena Alaïa.
Inicio la mañana con mis cremas; no puedo salir de la casa sin hidratarme el cuerpo con un poquito de aceite y mi loción del rostro. Pero cuando llego, corro a quitarme todo el maquillaje porque quiero que mi niña me bese y yo besarla a ella sin estar con toda esa pintura. Así que me limpio bien la carita, primero con unos algodoncitos y removedor, después me lavo con una esponjita para retirar lo que queda. Me pongo una cremita humectante y una cremita en los ojos y ya ahí sí puedo irme a jugar con mi niña el resto de la tarde.
En estos seis meses he estado tratando, unos días con más ahínco que otros, de ponerme en forma porque las libritas extras del embarazo no se han ido. Hay días que hago dieta, hago ejercicios. Estoy comenzando en un gimnasio con una rutina de circuitos cardiovasculares para comenzar a bajar de peso. Más adelante incorporaré ya sea pesas o cualquier otro tipo de ejercicios. Trato de alimentarme balanceadamente, de desayunar. A veces no desayuno, me brinco comidas dependiendo de las horas entre el trabajo y la niña, pero trato de que los períodos sin comer no sean tan grandes para que el metabolismo no se me ponga lento.
Creo que el cambio más grande entre la Adamari de “Viviendo” y la de ahora –si es que se puede llamar así– fue cuando me enfermé, que logré pasar por todo ese proceso y luego me recuperé. Uno se visualiza de una manera diferente, ve la vida de otra forma y empieza a hacer cambios todavía más positivos para continuar viviendo feliz y saludablemente. Después de eso estuve enfocada recuperarme y tenía el deseo de ser mamá por todos los medios, buscando todas las posibilidades.
Un año antes de quedar embarazada, dejé de tomar soda como una manera de decirle a mi cuerpo que me quería preparar. Todos los doctores me decían “¡No los tomes, no los tomes, no te hace bien!” y los dejé a un lado. Quizás ese fue mi método alternativo para embarazarme. Hoy en día sí me permito uno que otro refresquito. Sigo bebiendo agua, comiendo porciones más pequeñas y alimentos más saludables. Eso sí, disfruto cada día, cada momento.
Toni dice que soy un poco miedosa como mamá pero es mentira, ¡soy muy, muy miedosa! Esperé tanto por ella y la deseé tanto que me angustia que algo malo le pueda pasar o que algo falle y no lo pueda controlar. Soy una mamá que está bien pendiente de su hija, una mamá amorosa, protectora, consentidora. Quiero que mi niña sea una niña de bien, que no sea tampoco una malcriada. Estoy enamorada de ella así que es difícil no consentirla. Estoy muy pendiente de sus necesidades y de que sea una niña feliz sobre todas las cosas.
Alaïa me ha enseñado mucha tolerancia, mucha paciencia. Dentro de ese miedo que tengo, también me ha demostrado que puedo ser fuerte. Quiero estar bien para ella. Me ha enseñado a quererme y a cuidarme más, para sacarla adelante, para estar siempre ahí. De ella he aprendido a sonreír sin importar lo que esté pasando y siempre quiero sonreír para ella. No hay momentos de tristeza porque ella me ha enseñado cómo ser más feliz.
Hay muchos consejos y muchos ejemplos que me dio mi mamá. Ella fue una madre muy cariñosa, muy presente en nuestras vidas, muy amiga. Yo quiero estar con Alaïa como mi mamá lo hizo conmigo y con mis hermanos. Quiero transmitirle la seguridad que mi mamá nos brindaba, aprender que a los hijos hay que darles la facilidad para ser ellos mismos.
Para empezar, mami fue maestra. Se mantenía pendiente de nosotros todo el tiempo. Desde que yo recuerdo siempre estaba al tanto de la higiene. Nos hacía ir bañaditos a la escuela, peinados y con el uniforme planchado… ¡No podíamos salir de casa sin planchar el uniforme! También nos enseñó a atender a la gente, a preocuparnos de los demás. Nos enseñó que todos son importantes, que todos valían la pena. A saludar a las personas y a tener una palabra de aliento para todo el mundo.
Mi mamá fue una mujer muy buena, muy generosa y todo eso nos lo transmitió a nosotros. Buscaba todo lo que nos gustaba, nos llevaba a clases de baile, de piano, se sentaba a estudiar con nosotros, siempre estaba al pendiente de sus hijos. Para mí es el mejor ejemplo, mi mejor enseñanza fue la de mi mamá en casa.
Ella nunca dejo su carrera y siempre estuvo al pendiente de nosotros ¡y salimos unos hijos buenísimos! Mi mamá y mi papá siempre fueron un ejemplo. No tengo ninguna queja, ¡hemos salido tan buenos mis cuatro hermanos y yo! Si te dijera que uno de nosotros es diferente al otro te mentiría, todos somos gente de bien y todo lo que ella hizo para mí fue tan correcto. Decirte algo, sería como despreciar todas las cosas buenas que ella hizo por nosotros.
Siento mucho amor por Toni pero a la vez me da un poco de miedo cuando dicen que es un príncipe que vino a cumplir mi sueño. Me da temor, porque yo no quiero que me pase lo que me pasó la vez pasada, que nos idealicen como pareja. Somos normales, somos una pareja que se ama y que desea estar junta. En mi relación pasada nos idealizaron y la historia no terminó como muchos hubiésemos querido. Por eso a veces, cuando me dicen esas cosas, ¡me da hasta miedo!
Yo veo a Toni y me parece un hombre tan bueno, es un papá maravilloso, un compañero ideal y espero que la vida nos continúe llevando por ese camino. Ahora llevamos cuatro años de relación, estamos súper enamorados, súper comprometidos con la relación y con la promesa de amarnos todos los días. Me da seguridad, me da felicidad, pero sí me asusta la presión de lo que la gente espera de nosotros como pareja.
Desde que nos enteramos que venía Alaïa, nos ha ido tan bien. Si en algún momento había descontentos, la niña nos lo ha quitado. Ya esas cosas no tienen importancia. Nos hemos enfocado en abrirnos y en acoplarnos cada vez más para sacar a la niña adelante, para atenderla los dos, estar al pendiente de ella. Así que para mí ha venido a ser como de muchísima seguridad.
No hemos descuidado tampoco nuestra relación de pareja, nos unimos cada día en cariño, en detalles, en atenciones, en la presencia del uno para el otro, para apoyarnos en todas las cosas del trabajo todavía más que antes. Espero, de verdad, que se mantenga así.
Toni sabe que lo amo, que estoy orgullosa de él, de cómo mantenemos nuestra relación, de cómo nos enamoramos todos los días. Orgullosa de que él cada vez va consiguiendo el lugar que desea en el trabajo, por sus propios méritos. Quiero que sepa que lo amo profundamente, que lo apoyo y que le agradezco que me haya dado la razón más grande de mi vida, que es Alaïa.
Y la pregunta del millón, sí, quiero más niños. Me encantaría tener la bendición de recibir más hijos pero solo papá Dios sabrá si es posible o no. Si se da, lo compartiremos con la misma alegría. En el futuro me veo junto a mi nena, el trabajo obviamente ahí pero estando para Alaïa y mi familia. Así como hacía mi mamá, así me veo yo con Alaïa… Complementando su vida con sus amiguitas, carreteándola para todos lados, llevándola a sus actividades y a las fiestas de cumpleaños; haciendo lo necesario para que ella esté bien.